Empeñar un coche o venderlo

Es tiempo de contar a diez antes de empeñar un coche. Valorando si realmente es necesaria y, caso de serlo, cuál es su destino. Comprar un coche con tracción a las cuatro ruedas por si un día decidimos subir al refugio del Pedraforca no deja de ser un capricho innecesario si no somos aficionados en el alta montaña. Vamos a ver porque los empeños de coche están en auge.

Empeño de coches: herramienta necesaria

Hay que aceptar que el el empeño de  coches ha acontecido una herramienta necesaria. Quizás no tanto como algunos predican, pero el cierto es que las deficiencias del transporte público hacen a menudo necesario la ayuda de un vehículo autónomo por nuestros desplazamientos. Estamos demasiado acostumbrados al dedo y hecho como para aceptar los tiempos de espera que implica un desplazamiento en transporte público cuando este es posible.
Pero, cuando las vacas no son grasas, la pregunta es inevitable. Qué tipo de vehículo? Y, si bien por determinados desplazamientos una bicicleta o una moto pueden ser suficientes, la mayoría de respuestas a la pregunta acaban yendo a empeñar su coche.

Pero esta solo ser una media respuesta. Porque un golpe decididos por el vehículo de cuatro ruedas, inmediatamente surgen nuevas preguntas: Nuevo o de segunda mano? Pequeño o familiar? Gasolina o diesel? Urbano o todoterreno? Muchas preguntas, demasiado, que dificultan llegar a una elige razonable. Sobre todo si todavía somos de los que pensamos que el coche, como la cara, es el reflejo de nuestra personalidad.

El camino del medio

No pretendemos resolver todas estas preguntas. Pero con motivo de la Feria del Vehículo de Ocasión creemos que es el momento de valorar el criterio económico. Y decir que el coche de ocasión es el camino del medio. Un camino del medio entre las dos opciones que también son vigentes en otros ámbitos. La compra y el alquiler o el empeño de coches , entendiendo por compra la del coche nuevo, acabado de salir de fábrica.
Dos opciones que, si hacemos números, resultan caras. La primera porque supone un gasto fuerte que nos obliga a ir al crédito y, por lo tanto, a pagar bastante más del que costaría la compra a tocateja. La segunda porque es un gasto momentáneamente menor (el pago del alquiler) pero continuada y que, por lo tanto, acaba saliendo también cara.
El vehículo de segunda mano, en cualquier de las modalidades que explica la entrevista, resulta económicamente más razonable. Por lo tanto, nos acerca más a la posibilidad de pagar de golpe y ahorrarnos las comisiones y los intereses que acaban encareciendo la compra del coche nuevo. Y, en el caso de tener que recurrir al crédito, como que la cantidad es menor, también lo son los gastos adicionales.

Un camino asfaltado

Puestos en esta tessitura, el afán de ahorro nos puede hacer pensar en una compra directa, es decir, en una transferencia de particular a particular. Los euros, salgan de donde salgan, hacen de buen ahorrar.
Es entonces cuando hay que pensar en la lotería. En aquella posibilidad de ganar dinero fácil que nunca acaba de tocarnos. Y del mismo modo que si nos dan a elegir entre un camino de carro y una vía asfaltada para ir en bicicleta, generalmente optaremos por la segunda, puestos a elegir entre un coche ofrecido por un particular que no conocemos y el que nos vende una empresa que lo ha revisado, nos ha hecho los trámites burocráticos y nos lo garantiza, comprometiendo su buen nombre, tendríamos que decantarnos por esta segunda opción. Aunque a la hora de la verdad, parezca que resulta algo más caro. Hay que insistir en la garantía y el trámite de los papeles. Que esto, guste o no también son horas de trabajo ahorrado y, por lo tanto, dinero también ahorrado.

El que nos ahorramos

Todas las organizaciones de defensa de los consumidores defienden a muerte el coche de segunda mano. Y también todas ellas, hay que decir que de manera menos rotunda, defienden la compra directa sin pasar por los intermediarios. Pero hacen esta defiende recomendando una serie de precauciones que, en el fondo, no sueño sino inconvenientes que hay que valorar a la hora de tomar la decisión. Porque la vieja frase que dice que los coches empeñados usados tienen los mismos derechos que los coches nuevos, queda muy bien de cara a la galería o cuando el vendedor es una empresa, pero entre particulares, la cosa es más difícil y costoso de reclamar cuando algo falla
Porque, por ejemplo, saber si el que nos piden por un coche usado, sea de la categoría que sea, es correcto, es muy fácil. Decenas de publicaciones y centenares de páginas web nos darán indicaciones al respeto. Por lo tanto, los supuestos “xollos” suelen esconder alguna trampa. Y es muy fácil de entender. Quién vende una cosa a 8 euros pudiéndola vender a 10? Ya sabes, los empeños de coche vienen siendo una muy buena solución.